Benditas sean las mentes de aquellos que no sueñan porque no se atormentan con los recuerdos del ayer...
Eran ayer sueños, anhelos, deseos húmedos que adormecían al soñador...Sentir su piel era sentir que caminaba por el corredor del bosque nuboso y hacerlo descalzo...sentir el barro, el pasto, los cultivos.
Besar su boca y sentir la briza, el viento fresco; los helechos rozando la piel tersa. Ver sus ojos que pintaban en mis pupilas un paisaje de aves y flores exóticas; parecían de otro planeta y su aroma...el exquisito aroma de las orquídeas aromáticas y de los frutos recién cortados. El misticismo de la "eterna primavera" depositada en un ser humano.
Todo queda extinto.
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