Le hago el amor a las letras.

Al tocar sus lineas rectas, curvas y quebradas, mi piel se debilita,
como una niña virgen ante su primer beso así es la inquietud que en mis dedos despierta la necesidad de tocar cada rincón. Porque hay en ti hoja en blanco la inmensidad de miles de colores y texturas,
miles de formas y razones.

Razones de sobra para volverme una loca, desquiciada y obsesionada amante tuya, porque más que hacerle el amor a las letras, ellas me lo hacen a mi día con día. No existe hora ni momento en que me tocan con pasión las letras que en el alma aguardan, letras que encierran lo que soy.

Le hago el amor a las letras porque saben seducirme, saben tocarme como nadie más lo ha hecho, porque me envuelven y me susurran miles de dulzuras, porque me encierran y me brindan placer absoluto. El orgasmo que existe entre tipografías y papel, entre sentimiento y fantasía no me lo vende ni me lo ofrece nadie más. Porque las letras me hacen fantasear más y yo juego con ellas; pero ellas no me engañan, no me dejan  ni me olvidan. Letra que seduce y endulza paladar; letra que no engaña ni deja de amar.

Le hago el amor a las letras porque ellas me lo hacen a mi. Letras que me tocan con ternura y con pasión, letras firmes que se atreven abrir mi alma; hoy y todos los días y a toda hora como una fiel enamorada dentro de la alcoba, en el piso o en la mesa incluso si voy en la calle o en el bus...orgasmo literal y tipográfico.

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